Justo cuando me sentía sola, te encontré. Elegí seguir tu camino, con tu historia y con todo lo que implicaba. Yo estaba siempre al lado tuyo, aunque vos no me veías, yo estaba. Siempre me gustó sentir que confiabas en mi, desde el lugar de amiga en el que estaba, aunque no era el que quería, e incluso ahora.
Hoy puedo decirte que soy feliz con vos, que me siento muy bien cerca tuyo. Que amo la forma en que me miras y te brillan los ojos y sonreís sin ninguna razón, así como a mi me pasa con vos.
Gracias, porque me haces sentir valorada, respetada y segura de mi y de los dos.
Simplemente el te quiero se convirtió en un te amo.