Puede que tu amigo de al lado se esté hundiendo y no te estás dando cuenta, y lo único que quiere tu amigo es que no lo dejes caer.
Peor que no darme cuenta es saber que nada está bien y no poder ayudar. Porque diga lo que diga va a seguir haciendo lo que quiere, lo que sabe que está mal. Yo se que a veces soy fría para decir las cosas, pero es la única manera que encuentro adecuada para decir las cosas como son y en serio.
Uno no puede vivir de lo malo. Hay que cambiarlo. No acostumbrarse.
Tenes que saber que no estás sola, por más que me lo digas y me lo repitas una y mil veces. Estoy yo, la enana. La enanita que te saluda todos los días con un abrazo y una sonrisa porque sabe que es lo que necesitas. La que te escucha y te aconseja por más frías que puedan llegar a ser las palabras. La que quiere lo mejor para vos y no se cansa de estar.
No te caigas. Y si te caes, yo estoy para levantarte, una y mil veces.
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